¡¡Desastre ecológico y ambiental, incendio en Quillón-Cayumanque Chile!!

 Imagen de Google Eearth, antes de la catástrofe
Incendio arrasa más de mil hectáreas en el cerro Cayumanqui o Cayumanque (afectando en mayor o menor grado un 97,5% de su superficie), en español seis Cóndores (Quillón, VIII Región del Bio-Bio), el que con unos 750 metros de altura sobre el nivel del mar en la hoya hidrográfica del río Itata, emplazado a escasos cientos de metros del complejo industrial  del Grupo Agelini, la Planta Celco Itata (una de las factorías de celulosa más grandes e importantes de Sudamérica), constituye uno de los últimos rincones de la selva de la Cordillera de la Costa en la Zona Central de Chile, donde el Bosque Templado, Bosque Magallanico o Bosque Araucano en su variante de Bosque Caducifolio o Bosque Mediterráneo de Nothofaghus abre paso al Bosque Lluvioso Valdiviano Siempreverde de la Costa. Según estudios la flora de este lugar comprende 232 especies de las que 66 son endémicas, asimismo su fauna comprende 129 especies de las cuales 20 son también endémicas. El incendio denominado Pichiqueime, el que se originó en un predio lejano de la industria recién nombrada, afectó a esta zona considerada Sitio de Prioridad Urgente en lo que respecta a Sitios de Conservación de Diversidad Biológica en Chile. Mueren allí calcinadas innumerables especies -probablemente únicas- de la flora y la fauna de Chile y de todo el planeta, dado el alto grado de endemismo de esta zona, que era uno de los últimos habitats de muchas especies, que habían librado hasta aquí del impacto de las perturbaciones producidas por la población humana. El incendio se produjo a la vista y paciencia de las autoridades del Gobierno de Chile y de los demás actores políticos, económicos y sociales relevantes del país, especialmente del gobierno local, esto es la Intendencia de la Octava Región del Bío-Bío y de la CONAF (Corporación Nacional Forestal de Chile), organismo este último del Estado de Chile encargado de proteger su patrimonio natural. Es así como entre los días 01 al 04  de enero 2012, las llamas con sus
Valle Santa Ana con sus cerros quemados 27.03.2012
lenguas infernales avanzaron imperturbables aullando entre mil chispas y remolinos de humo como demonios por las quebradas Onda y Quilopan y por las demás laderas durante varios días y noches, los grandes Robles (Nothofagus obliqua), Quillayes (Quillaja saponaria) Raulis (Notofagus alpina), los olorosos Peumos (Cryptocarya alba)Avellanos (Gevuina avellana)Canelos (Drimys winteri j.r.) Boldos (Peumus boldus) y  los coloridos Chilcos (Fuchsia magellanica) y Copihues (Philesia magellanica j.f.), no tenían como huir del tráfago de la tragedia y sucumbieron. Ya no volverán junto con los naranjas Digüeñes (Cyttaria espinosae) y los multicolores Changles (Ramaria flava). Los noticieros, tanto en la prensa escrita como en la televisión y en la radio, hablan de las enormes perdidas sufridas por el hombre en vidas humanas, en sus viviendas y en sus actividades forestales, agrícolas, fruticolas e incluso industriales, por cierto todo ello muy lamentable, nadie habla del inmenso daño producido al planeta y a toda la humanidad, nadie alza la voz, por el Chucao (Scelorchilus rubecola), por el Huedhued (Pteroptochos tarnii)por la Turca (Pterotochos megapodius), por el Churrín (Scytalopus magellanicus), por el Colilarga (Sylviorthorhynchus desmursii)por la Torcaza (Columba Araucana), por el Zorro de Darwin (Lycalopex fulvipes)por el Peuquito (Accipiter chilensis)por el Rayadito (Aphrastura spinicauda), por el Carpintero Negro (Campephilus magellanicus), por la Guiña (Leopardus guigna) o por el Carmelita (Pygarrhichas albogularis), y por tantos otros, que inocentes muchos perecieron, una vez más por la negligencia grave del ser humano o quizás peor aún, por la mano criminal de algún desquiciado vengador de alguna de las tantas causas, justificadas o no, que hacen levantarse a la raza humana, una y otra vez, unos contra otros, hermano contra hermano, hasta el final de los tiempos, sin importar sus consecuencias (Enero 2012).
Bibliografia:
Adriana E. Hoffman J., FLORA SILVESTRE DE CHILE, ZONA ARAUCANA.
Ricardo Rozzi, GUÍA MULTI-ÉTNICA DE AVES.
Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes, LAS AVES DE CHILE, NUEVA GUÍA DE CAMPO.
Agustín Iriarte Walton, MAMÍFEROS DE CHILEA AVES DE CHILE.
Enrique Couve y Claudio Vidal, AVES DE PATAGONIA, TIERRA DEL FUEGO Y PENINSULA ANTÁRTICA, ISLAS MALVINAS Y GEORGIA DEL SUR.
Álvaro Jaramillo, AVES DE CHILE.