Cuento infantil: Lautaro, el Cholo y las Aves del Bosque Araucano (Parte III: Los Gringos)

Tercera Parte: Los Gringos.

Parten de regreso a la Arcoiris y divisan a Lorenzo con los gringos sacando el bote de las cristalinas aguas del lago, vienen
con una abundante pesca de truchas arcoiris, no se las comen todas, una parte es para su padre y de la otra ahúman una porción importante en su campamento, hay un cabro maltón y flaco con el pelo rojo, mayor que Lautaro, que pasa todo el día en ese afán al lado de una caja alta y delgada de lata que humea todo el día para el cual Lorenzo le lleva aserrín de Roble, que es muy perfumado. Son bien raros estos gringos, además de tener los ojos del color de los gansos de su abuela, en la mañanas a pesar de lo helado del lago, de tanto en cuando, se meten y se bañan un rato enjabonándose todo el cuerpo y el pelo, a mi me gusta ir a verlos porque son bien flacos y blancos como velas de palmatoria y gritan con el agua helada como verracos para luego salir tiritando a secarse. Yo me mato de la risa con el espectáculo!!!. La Mamá de Lautaro sólo lo baña en la Arcoiris unas pocas veces al año cuando hace mucho calor y eso que tiene en su casa agua caliente para lavar la ropa que obtiene de como a dos cuadras de la casa y que surge de las profundidades de la tierra desde después de la última gran erupción del Pillán Llaima, ocurrida dice Lorenzo, muchos años atrás cuando él pensó que era fin de mundo y tuvo arrancar para la Sierra Nevada. Eso si todavía lanza humo casi todos los días y hace unos pocos años una noche se le ocurrió lanzar por su boca un poco de lava roja que hacía ver la oscuridad como en un incendio, vinieron fotógrafos de Santiago para tomar imagenes que salieron en los diarios y en la noticias de todas partes. Por suerte salió para el otro lado para donde está la laguna Captren que es muy linda cuando sus aguas se cubren con las flores blancas y amarillas que caen de los Ulmos.